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© Rosaura Pozos
Misericordia
Huellas heridas costras cicatrices
en los rostros en la piel en las paredes;
en la hincada figura de un ser
que reza en silencio.
Calienta trópico reluciente mi desnudez
postrada sobre el frío del cemento.
Trae a esta celda el murmullo de tus aguas.
Te estoy oyendo inmensidad de secretos
nunca descubiertos.
Los barrotes de esta cárcel son los rayos del sol.
Caliéntame trópico reluciente el pensamiento.
Llévame tan lejos que no pueda escuchar
ese disparo ese chasquido ese tronido
de esa cámara oscura.
Perdí mis ropas en el camino.
Ya se asoma en el pasillo el soplo del viento;
mi perro pinto.
Viene para platicar conmigo.
Centro de Rehabilitación Mental
"Cristo de la Misericordia"
Acapulco, Guerrero, México, 1999
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