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Martirio

 

Aquel hombre  fue llevado al auditorio-camerino en un camioneta blanca, cuando culminó el martirio.

Todo había terminado: los meses corriendo tres kilómetros al día, el dolor causado por los látigos, la quemazón en los pies desnudos sobre el asfalto. 

Todo había terminado y las calles recorridas por ese hombre eran otras. 

¿Qué había quedado en él? 

Hondas heridas y un gran cansancio que vi en sus ojos.

 

Aguas frescas, chicharrones, papas fritas.

Bolsas de plástico.

Hilos rojos de salsa Valentina,

vuelan a contraluz.

Viernes Santo, El Carmen Tequexquitla, Tlaxcala, México, 2018-2025

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