top of page
© Rosaura Pozos

Martirio
Aquel hombre fue llevado al auditorio-camerino en un camioneta blanca, cuando culminó el martirio.
Todo había terminado: los meses corriendo tres kilómetros al día, el dolor causado por los látigos, la quemazón en los pies desnudos sobre el asfalto.
Todo había terminado y las calles recorridas por ese hombre eran otras.
¿Qué había quedado en él?
Hondas heridas y un gran cansancio que vi en sus ojos.
Aguas frescas, chicharrones, papas fritas.
Bolsas de plástico.
Hilos rojos de salsa Valentina,
vuelan a contraluz.
Viernes Santo, El Carmen Tequexquitla, Tlaxcala, México, 2018-2025
bottom of page