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Acapulco.
Lugar de carrizos arrasados.
No es lo mismo andar
en pantalones cortos
tu soleada playa,
que alejarse a toda prisa,
de una marea alta.
Y no es lo mismo tampoco
recorrer tu Libertadores
y registrar un incendio;
las cenizas de las casas de cartón,
los crucifijos derretidos
entre los escombros.
Perla del Pacífico.
Es tu vida claroscuro
barco extremo que se pierde,
lentamente,
en el negro absoluto.